¿A qué vocación te llamó Dios? – V Domingo de Pascua

I. Experiencia de Vida

A principios del año pasado escribí un texto sobre la vocación, y preguntaba a los lectores: ¿Estoy viviendo mi vocación?

En muchas ocasiones pensamos que nosotros elegimos la vocación, y desde ahí hay un error.

La vocación es un llamado (del latín vocatio, sobre vocātus, participio del verbo vocāre, por «llamar», y el sufijo -ción, al respecto de -io, como agente de acción y efecto). ​​

¿Cuál es mi vocación como Hijo de Dios, como esposo, como hijo de mis Papás, como padre, como hermano, como vecino, como ciudadano, como profesional, como predicador, etc.?

La verdadera vocación contesta una pregunta muy sencilla: ¿Para qué estoy vivo?

Si alguien más me llama, porque yo no me llamo a mi mismo, a menos que tenga doble o múltiple personalidad, el llamado involucra a un tercero: Dios. Me llama y me pide algo ¿Qué me pide?

El número 27 del Catecismo evoca a la Encíclica Gaudium et Spes número 19 (Alegría y esperanza) y dice con claridad: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios

Ninguna vocación es más importante que la de estar en comunión con Dios

¿Estoy en comunión con Dios?

II. Mensaje

El número 1536 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice:

El Orden [Sacerdotal] es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. 

Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado

Por otro lado el número 1290 del mismo Catecismo nos dice:

La primera unción con el santo crisma, la que daba el sacerdote, quedó unida al rito bautismal; significa la participación del bautizado en las funciones profética, sacerdotal y real de Cristo.

Para cerrar esta triada de textos del Catecismo, usaremos el número 873, que nos comparte:

También los laicos, participan de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cumplen en la Iglesia y en el mundo la parte que les corresponde en la misión de todo el Pueblo de Dios.

¿Qué significa esto?

  • Que existe un sacramento único, el Orden Sacerdotal, que infunde en el ordenado el ministerio apostolico de Cristo.

¿Significa que yo no estoy llamada al ministerio apostólico?

  • No. Todos los bautizados y con mayor fuerza los confirmados deben de cumplir con su función profética, sacerdotal y real de ser: Otro Cristo, Como Cristo y En Cristo.

¿Qué debo hacer para cumplir mi ministerio apostólico?

  • Hacer la parte que me corresponde, pero ¿Qué parte me corresponde?
    1. Cumplir mi vocación, cumplir el plan de Dios, 
    2. Creer en Dios, y 
    3. Hacer las mismas obras de Cristo y aun mayores.

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

La primera lectura de este domingo está tomada del texto de los Hechos de los Apóstoles.

De esta lectura quiero tomar 3 aspectos para reflexionar e interiorizar:

  1. El servicio de la palabra está por encima de la administración de los bienes.
    1. Cuando escuchamos que la gente critica que la Iglesia debería dedicarse más al servicio de los pobres o de los más necesitados, debemos de volver a este texto. La máxima prioridad de la Iglesia es el ministerio de la palabra y por lo tanto de los sacramentos.
    2. ¿Significa que la Iglesia no debe dedicarse a administrar los bienes para los más necesitados? No. La Iglesia también encuentra en la administración de los bienes para los más pobres su vocación, no por nada la Iglesia es el mayor protector de los necesitados en el mundo.
  1. Los apóstoles, que ya eran de nuevo doce, después de la elección de Matías se dedicaran a la vocación de:
    1. La oración.
    2. El servicio de la palabra.
    3. ¿Cuánto de mi tiempo lo dedico a la oración y al servicio de la palabra?
    4. Si los apóstoles pusieron estas 2 funciones como las más fundamentales, ¿por qué no imitarlas?
  2. Un grupo numeroso de sacerdotes [judios] aceptaron la fe [en Jesucristo]
    1. ¿Qué convenció a estos sacerdotes?
    2. ¿Por qué estos sacerdotes no se convirtieron en la época de Cristo?
    3. El testimonio, las obras, las acciones.
    4. Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? (Santiago 2:14)
    5. ¡Qué misterio tan grande que en muchas ocasiones no es el mismo Cristo el medio para convertir a las personas!, sino el ejemplo de los Cristianos. Tengo la responsabilidad de ser otro Cristo.

La segunda lectura está tomada de la carta del apóstol San Pedro.

Voy a extraer varias frases del texto para después volver a unirlas:

  1. Jesús es la piedra viva.
  2. Nosotros también somos piedras vivas.
  3. Estamos llamados a un sacerdocio santo.
  4. Estamos llamados a ofrecer sacrificios espirituales.
  5. Somos una estirpe elegida.
  6. Somos una nación consagrada.
  7. Somos de su propiedad.
  8. Estamos llamados a ser sacerdotes reales.

La base de esta lectura, o la clave para entenderla toda, está en el medio: por medio de Jesucristo.

Ahora si podemos ir uniendo las piezas: 

  • Si Jesús es la piedra viva, por medio de Él, es decir mediante Él, siendo otro como Él, es que nosotros estamos vivos.
  • Esa vida que obtenemos es para cumplir con un sacerdocio santo ¿Qué significa ser sacerdote? La palabra sacerdote viene del latín sacerdos, sacerdotis: Encargado de hacer cosas sagradas. ¿Cuántas de las cosas que hago, las hago sagradas? ¿Cuántas las hago con Cristo, por Cristo y en Cristo?
  • Nuestro llamado al sacerdocio no solo es de palabra, involucra ofrecimientos, ¿Qué ofrendas le presento a Dios?
  • Finalmente Pedro nos ofrece una tétrada:
    • No soy cualquiera, soy elegido,
    • No estoy llamado a cualquier cosa, estoy llamado a ser sacerdote,
    • No soy algo común y corriente, estoy consagrado,
    • No me pertenezco, soy de su propiedad.

 Finalmente, en el Evangelio leemos el texto de San Juan.

Jesús inicia con una frase muy importante, una que repite a sus discípulos el día de la resurrección: “No pierdan la paz”

Ahora, la paz de Jesús, no es la paz humana de estar en la playa con una cervecita y viendo la puesta del sol, ¡no! La paz de Cristo viene de sabernos salvados por Él, saber que nuestra vida tiene sentido en Él.

Jesús les pone un reto: Ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy

Tomás, que era el ingeniero de los 12, contesta: ni sabemos a dónde vas, ni sabemos el camino.

Ahí viene la maravillosa respuesta de Jesús: Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Ante la pregunta de Tomás, la respuesta es que no hay camino igual para todos, como no hay un encuentro igual para los Cristianos, el camino al cielo mediante Cristo, es único e irrepetible.

La única forma de llegar a Dios Padre es mediante Jesús, ya nos lo dijo la semana pasada: Yo soy la puerta.

Humanamente, como Felipe, quisiéramos entender las matemáticas de Dios, el 2 +2 es 4. Pero Dios no usa esas matemáticas, Dios se parece más a la mecánica cuántica.

La respuesta no está fuera de nosotros, ni mecánicamente caminando un cierto sendero, involucra hacernos uno con el Padre, mediante el Hijo en la unidad del Espíritu Santo, si entendemos eso y lo vivimos: haremos las obras de Cristo y las haremos una mayores.

IV. Oración

Señor, Tú nos has llamado.

Señor, Tú tienes un plan para mí.

Danos la gracia de cumplir la misión que nos has dado con amor. 

Que seamos Cristianos que alegren a los que se acercan a nosotros, que podamos compartirles tu paz, tu alegría, tu amor. 

Que al vernos a nosotros te vean a ti, Señor, y te sigan.

Enséñanos a progresar en nuestra vocación, que no nos quedemos estáticos.

Ayudamos a cumplir tu voluntad todos los días de nuestra vida; 

Auxilianos y ayúdanos a someternos a tus proyectos; a pedir tu ayuda; a ofrecerte nuestras alegrías y nuestras penas; 

Que podamos guiar hacia ti a todos aquellos que nos pongas en el camino. 

Señor, tú eres amor; que seamos ejemplo de amor.

Amén

V. Compromiso

Reflexión:

  • ¿Estoy viviendo mi vocación?,
  • ¿Para qué estoy vivo?,
  • ¿Estoy en comunión con Dios?,
  • ¿Con qué obras se ve viva mi vocación?

Acción:

  • Realizar al menos 1 obra que se conecte con mi vocación cristiana.

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

Un comentario en “¿A qué vocación te llamó Dios? – V Domingo de Pascua

  1. Da mucho que trabajar esta catequesis.
    Mi vocación, el camino, La Paz y el testimonio
    Gracias por este trabajo que nos ofreces Juan Carlos, Dios te recompense con muchas bendiciones

    Me gusta

Deja un comentario