Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti – VI Domingo del tiempo Ordinario

I. Experiencia de Vida

Hemos creído y construido la idea de que nuestros sentimientos determinan nuestras acciones y no viceversa. Ese no és el plan de Dios, tal vez sea el plan de una campaña de marketing, pero no es el plan de Dios.

Es por eso que podemos decir con tranquilidad: “No siento ganas de ir a misa”, y la mayoría de las personas nos diría que estamos bien.

Pero por otro lado nuestras emociones no nos dominan para el trabajo, la escuela, los hijos, ¿Cuántas veces “no tengo ganas” de trabajar, de ir a la escuela, de hacer el desayuno para mi familia, de pagar impuestos? ¿Esas ganas determinan mis acciones? NO

El día de ayer veía con mi esposa un episodio del programa de Denis Prager, creador de PragerU, titulado: La felicidad es una obligación moral, y la frase que más me impactó fue: “No somos producto de nuestros sentimientos sino de nuestras acciones”

En la pirámide de necesidades de Maslow está claro que la trascendencia sólo se obtiene por medio de acciones, nunca de meros sentimientos.

¿Qué domina nuestra vida? ¿Somos esclavos de nuestros sentimientos y sensaciones? ¿O dirigimos nuestra vida a través de nuestras acciones?

II. Mensaje

Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1847:

Dios, “que te ha creado sin ti,  no te salvará sin ti” (San Agustín, Sermón 169, 11, 13). 

La acogida de su misericordia exige de nosotros la confesión de nuestras faltas. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia” (1 Jn 1,8-9).

San Juan de la Cruz nos lo dejó muy claro: “en el atardecer de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”. El amor no es un mero sentimiento, es una acción, son acciones, son hechos. Los planes de Dios no buscan que nos «sintamos bien», sino que «hagamos el bien».

Dios no da la libertad de elegir, y las opciones son 2:

  1. Seguir mis planes y evitar los planes de Dios
  2. Seguir los planes de Dios y evitar mis planes

Si somos honestos y somos humildes descubriremos que los planes de Dios son perfectos, aun cuando no los entendamos, ¿Por qué evitar el plan de Dios, si es perfecto? Y la respuesta es por soberbia, por ser víctimas de nuestros sentimientos, de la prontitud, de la inmediatez, de nuestra falta de paciencia.

San Agustín descubrió que el alejarnos de Dios, y de su plan, es alejarnos de nosotros mismos, es traicionar el plan con el que fuimos creados. 

Por eso dice: “Tú estabas dentro de mí, más interior que lo más íntimo mío y más elevado que lo más grande mío”. El Señor conoce lo más interior de nosotros y lo más elevado de nosotros, Él quiere nuestra mejor versión, de ahí la bella frase de San Ireneo «Gloria Dei, vivens homo”, la gloria de Dios es un hombre completamente vivo.

¿Hacemos la voluntad de Dios?

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

La primera lectura está tomada del texto de Sirácide (o Eclesiástico).

El texto empieza con un fundamento: Permanecer fiel a los mandamientos es parte de nuestra libertad.

Lo que nos lleva a una pregunta fundamental ¿Qué me hace ir en contra de los mandamientos? Podemos ir por los 10 mandamientos y preguntarnos lo mismo:

¿Qué me hace no amar a Dios sobre todas las cosas? ¿Qué me hace no santificar las fiestas? ¿Qué me hace no honrar a mi padre y a mi madre? ¿Qué me hace no cometer actos impuros?

La respuesta puede ser la de Santo Tomás de Aquino, sobre los sustitutos de Dios: Honor, Poder, Placer o Dinero. 

El Señor nos da la libertad, que es el fundamento del amor.

La salvación consiste en el amor, y el amor es un acto de la libertad.

La libertad no puede ser abusada. Si Dios nos quita la libertad… nos quitaría el amor

Ahora, Dios es omnisciente, omnipotente y omnipresente, sabe TODO de nosotros, tiene TODO el poder del universo, está presente en TODO momento y además nos ama ¿Por qué nos seguir su plan?

El Salmo de este domingo, es el Salmo 118 (119) es la respuesta a la primera lectura, repitamos únicamente el siguiente verso: “Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad”, luego entonces seremos dichosos de cumplir tu voluntad.

La segunda lectura es, continuación de la semana pasada, de la primera carta de San Pablo a los Corintios, y San Pablo nos da 5 características de la sabiduría divina, de la voluntad divina, de la Divina Providencia:

  1. La Sabiduría que seguimos los Cristianos no es humana, es Divina.
    1. Esto debería de ser ya un elemento que nos hiciera no poner a competir nuestra voluntad humana contra la voluntad de Dios.
  2. La Sabiduría de Dios, es misteriosa.
    1. A Dios le encanta ponernos una aventura para encontrarse con nosotros, no es que se esconda, es que quiere que en el camino para encontrarlo, nos encontremos a nosotros mismos. “Señor, nos creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti”
  3. La Sabiduría de Dios, ha permanecido oculta.
    1. Dios sabe que su amor es muy valioso, nos lo quiere regalar, más quiere que como cualquier cosa valiosa, le dediquemos un tiempo a la búsqueda.
  4. La Sabiduría de Dios, es eterna.
    1. Como le dice Dios a Jeremias: Antes de que te formase en el vientre, te conocí; y antes que nacieses, te santifique.
    2. Dios no hace planes para un día, hace planes eternos, es tan sabio que no necesita ir cambiando planes, su plan es el mismo ayer, hoy y siempre.
  5. La Sabiduría de Dios tiene un fin.
    1. Los planes de Dios buscan que lleguemos a su gloria, el único sentido de sus planes es nuestra salvación.

El Evangelio es también continuación del sermón de la montaña que leímos la semana pasada en el texto de San Mateo.

Jesús inicia explicando las bases de lo que está por predicar: no he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud.

Siempre ocupó el ejemplo del Principito para hablar de que algo llegue a plenitud. Cuando era adolecente y leí por primera vez el Principito le vi muy poco valor, a mayor edad he descubierto toda la sabiduría que hay en el texto.

Algo muy parecido nos dice hoy Jesús, en el Antiguo Testamento solo te di los mandamientos y podríamos cumplirlos como un checklist, y simplemente contestar si o no a cada uno de los mandamientos.

Más Jesús nos invita a que los elevemos, que los introduzcamos en el corazón, que nos elevemos aún más, que vayamos un paso más lejos en la comprensión de su Sabiduría. 

Por eso pone varios ejemplos donde no se queda en el puro cumplimiento (cumplo y miento), sino que lo lleva aún más lejos.

Termina el texto con una frase muy importante y que nos habla de nuestra capacidad versus su Sabiduria: “No puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos”

Si no puedo hacer blanco o engro uno de mis propios cabellos, ¿Cómo es que creo que se más de mi que Dios? ¿Cómo puedo confiar más en mis capacidades que en las de Dios?

IV. Oración

Padre Nuestro, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Así como los ángeles te obedecen, que así también yo sea obediente a tus planes, a tus leyes, y a tus preceptos.

Que así como los Santos vieron con claridad el modo de agradarte, yo buque en todo momento el estar agradandote, obedeciendo y bendiciendote.

Ayúdame Jesús a seguir tu ejemplo en Getsemani, abandonarme en tus brazos con absoluta confianza.

Que pueda decirte: No se haga mi voluntad sino la tuya.

Que se haga tu voluntad en mí.

Me guste o no me guste, sé que obedecerte será lo mejor para mí.

Padre Santo, hágase tu voluntad.

Amén

V. Compromiso

Reflexión:

  • ¿Hacemos la voluntad de Dios?
  • ¿Somos esclavos de nuestros sentimientos y sensaciones? 
  • ¿Dirigimos nuestra vida a través de nuestras acciones?
  • ¿Nuestras acciones están dirigidas por el plan de Dios?

Acción:

  • Buscar constantemente la voluntad de Dios.
  • Estar atento a los momentos en los que debo buscar la Sabiduría de Dios
  • Repetir un par de veces al día: “Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

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