Dirigir, agradar y abundar – III Domingo del tiempo Ordinario

I. Experiencia de Vida

En esta semana mi esposa, quien es fan de los documentales, vio un documental sobre La Luz del Mundo, y aunque yo no lo quería ver, escuché algunas de las historias que se contaban ahí.

Se me hizo chiquito el corazón en varias ocasiones y me quedé reflexionando como alguien que busca a Dios, o usa el pretexto de Dios puede abusar de los demás.

No soy juez de nadie, y no busco condenar a nadie, lo que sí tengo claro es que la naturaleza humana tiende a las tinieblas, al pecado a la concupiscencia, a menos que se deje dirigir por el bien, que busque agradar a Dios, luego entonces veremos abundar las buenas obras.

Si en la vida me van a juzgar por mis frutos, o por mis obras ¿Me siento tranquilo por los frutos y obras que he realizado?

En este domingo veremos que los frutos del reino de Dios es la unidad de las familias, de las naciones, de las comunidades, de la Iglesia.

II. Mensaje

La oración colecta de este domingo le pone el título a nuestra catequesis:

Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos, en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de frutos de buenas obras.

Ya en semanas pasadas he comentado la metodología que puede servirnos de guía para analizar nuestros deseos, sentimientos y pensamientos:

  • ¿Esto es un medio?
  • ¿Esto es un fin?, ó
  • ¿Esto es una consecuencia?

La oración colecta nos lo deja muy claro:

  • El medio es la dirección de nuestra vida por Dios
  • El fin es agradar a Dios, y 
  • La consecuencia es abundar en buenas obras.

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

La primera lectura está tomada del libro del profeta Isaías.

Primero, veamos el contexto geográfico. 

El profeta Isaías habla del área geográfica de Zabulón y Neftalí, la tierra al oeste del Jordán, y el Distrito de los gentiles es Galilea, donde vivió Jesús. 

Era la parte más lejana de Israel desde su centro en Jerusalén, limitando con los reinos paganos de Tiro y Sidón al norte. 

Fue en esa parte más oscura de Israel, el distrito considerado como el más atrasado, donde vivió Jesús.

Segundo, el contexto histórico:

¿Quienes son Zabulón y Neftalí?

Dos hermanos (al igual que en el Evangelio), nacidos de Jacob (Israel), llamados Zabulón y Neftalí.

El profeta Isaías promete dos cosas, las dos cosas que todos necesitamos y deseamos: Inteligencia y corazón, mente y voluntad.

Las dos cosas que todos quieren por sí mismas, como fines, no simplemente como medios para algún otro fin. 

Las dos cosas son luz y alegría: la luz de la verdad para que la mente conozca y la alegría de la verdadera bondad y felicidad para que la voluntad disfrute.

¿Tengo claro los medios que Dios me pone para llegar al fin que ha pensado para mí?

El Salmo de este domingo es el salmo 26 (27) y entra en el mismo juego del medio, fin y consecuencia.

Si Dios es mi luz y mi salvación, ahí tengo mi destino, mi fin, fue de lo que nos profetizó Isaías en la primera lectura: Luz y Alegría.

¿Cuál es el medio? 

  • Vivir en la casa del Señor toda mi vida, 
  • Estar continuamente en su presencia,
  • Confiar en el Señor.

¿Cuáles son las consecuencias? 

  • No tener miedo a las cosas temporales,
  • Disfrutar las bondades de Dios,
  • Ver las bondades del Señor en esta vida.

Si tenemos todo pero no tenemos a Dios, no tenemos nada en absoluto.

Si eso no es cierto, entonces Dios no es Dios.

Si Dios es solo algo, y no todo, entonces Dios no es lo único que necesitamos.

Entonces necesitamos otros dioses: poder, placer, honor o dinero.

¿Qué necesitamos además de Dios?

En nuestra segunda lectura continuamos leyendo la carta de San Pablo a los Corintios.

La carta nos presenta un conflicto muy humano, Maslow lo explica en su pirámide de necesidades. Tenemos una necesidad social, de pertenencia, de ser miembro de un grupo, el problema es cuando confundimos medios con fines, y en este caso los Corintios confundieron a los medios: Pablo, Apolo, o Pedro, con el fin: Cristo.

Hemos dividido las cosas sagradas usando divisiones seculares.

Volviendo al título de nuestra catequesis ¿A quién debo agradar? ¿Quién me debe dirigir? ¿De que quiero que mi vida abunde?  

San Pablo invita a los Corintios a que tengan un mismo sentir y un mismo pensar ¿Eso es posible? Si, si lo es. No en los medios sino en los fines. 

Esto lo podemos ver en los distintos carismas que tiene la iglesia, pero si alguien tiene una vocación distinta que la mía, no significa que no vaya al mismo destino que yo, es solo que su camino es distinto, no su destino.

Conectemos la segunda lectura con la primera y el Evangelio:

La creencia Israelita se basaba en lo que nos dijo Isaías: El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Es decir el pueblo de Dios estaba disperso por el pecado, más su destino era el estar unidos. 

La esperanza israelita era que, en la era mesiánica, Israel se convertiría en una nación que a su vez fuera el centro para otras naciones del mundo. 

La palabra diablo viene del griego διάβολος (diábolos), pero no tiene nada que ver con «dos bolos», sino con «calumniador», “divisor”

Dios siempre va a buscar la unidad de su pueblo, nunca en los medios, siempre en los fines, con consecuencias únicas y particulares.

En el Evangelio leemos el texto de San Mateo, como lo comentaba la semana pasada es importante ver para quien está escrito este evangelio; Mateo le narra este texto a los Judios, por lo que para Mateo será más importante es mostrar a Jesús como el Mesías, aquel que cumpira todas las promesas del Antiguo Testamento.

Mateo empieza contándonos 3 aspectos prácticos: 

  1. En un momento particular: después del arresto de Juan el Bautista.
  2. Jesús se mudo: dejó el pueblo de Nazaret y se fue a vivir a Cafarnaúm.
  3. Con qué fin se mudo: Para cumplir con la profecía que leímos en la primera lectura.

No hay casualidad que Isaías nos habló de 2 hermanos y después Mateo nos narra que Jesús fue llamando a hermanos, Pedro y Andres y a Santiago y Juan.

El plan de Dios siempre será unirnos en un mismo pensar y un mismo sentir.

Una vez que Mateo nos mostró esto nos cuenta de 5 verbos de Jesús:

  1. Conviértanse,
  2. Síganme,
  3. Enseñar – Aprender,
  4. Proclamar – Escuchar, y
  5. Curar.

La vida pública de Jesús tuvo un momento de preparación, de medios de conversión, pero nunca de fines, Jesús no hace ninguna de estas 5 acciones como fines, sino como medios ¿Cuál es el fin último? Nuestra Salvación.

Ante las 5 acciones de Cristo, yo las debo personalizar. 

  1. ¿Cómo quiere Jesús que yo me convierta?
  2. ¿A dónde quiere Jesús que lo siga?
  3. ¿Qué quiere Jesús enseñarme?
  4. ¿Qué quiere Jesús que yo escuche?
  5. ¿De qué necesito que Jesús me cure?

IV. Oración

Padre bueno, conquista mi corazón para que puedas bendecirme y guiarme. 

Mientras me entrego a Ti, lléname del Espíritu Santo para que Él pueda guiarme y enseñarme más acerca de Tu voluntad. 

En el nombre de Jesús, 

Amén

V. Compromiso

Reflexión:

  • ¿Cómo quiere Jesús que yo me convierta?
  • ¿A dónde quiere Jesús que lo siga?
  • ¿Qué quiere Jesús enseñarme?
  • ¿Qué quiere Jesús que yo escuche?
  • ¿De qué necesito que Jesús me cure?

Acción:

  • Buscar la unidad.
  • Dirigir mi vida por el amor de Dios,
  • Buscar agradar a Dios,
  • Buscar la abundancia de la gracia de Dios.

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

2 comentarios sobre “Dirigir, agradar y abundar – III Domingo del tiempo Ordinario

  1. Clara, contundente y profunda reflexxión sobre qué quiere Jesús de mí… y de todas sus ovejas!! Cada noche le pido a Jesús que me hable de tal forma q mi torpe enendimiento pueda comprender !! Y hoy lo hizo con creces… Muchas gracias, Jesús lo recompense!

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  2. Bendiciones para ti JUan Carlos que me haces profundizar cada Domingo el mensaje de Dios; que le dedicas el tiempo para que yo aprenda y haga vida Su palabra.
    Quiero agradar a Dios, lo tendré como fin y cada noche me preguntaré qué hice para lograrlo.
    Gracias y mi oración por ti

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