¿Hay similitudes entre Moisés y Jesús?

En los laterales de la capilla Sixtina encontramos un programa ico­nográfico que prevé dos grandes ciclos del Antiguo y del Nuevo Testamento con las histo­rias de Moisés y de Cristo.

Este “espejo” entre Jesús y Moises ilustran el pensamiento teológico de Sixto IV manifestado en un pequeño escrito titulado Nuestro Moisés es Cristo redactado cuando todavía se llamaba Francesco della Rovere, quien fue Papa desde el 9 de agosto de 1471 hasta su muerte en agosto de 1484.

Para realizar esta empresa gigantesca en el menor tiempo posible —en efecto, los frescos fueron terminados en dos años, en 1483— el Papa confía la tarea a Perugino, que asume la función de «maestro concertador» de una obra colectiva, semejante a pocas en el transcurso de la historia. Con Perugino, ayudado por Pinturicchio, colaboran tres famosos maestros con sus alumnos: Botticelli, Ghirlandaio y Cosimo Rosselli. A ellos se agregan otros artistas toscanos: Piero di Cosimo, Fra’ Diamante, Bartolomeo della Gatta y Luca Signorelli que pronto tendrá un papel importante.

Moisés, el patriarca hebreo que liberó Israel de la esclavitud en Egipto prefigura a Cristo que libera a todos los hombres de la esclavitud, de la muerte y del pecado. De este modo, la historia de la Humanidad fue representada, en una breve síntesis, en las dos grandes eras en que se divide, antes y después de la venida de Cristo: el reino de la Ley y el reino de la Gracia.

Las historias descritas en la pared izquierda narran la vida de Moisés, el profeta que en nombre de Dios, libera al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y lo guía hacia la Tierra Prometida.

Frente a las historias de Moisés, en la pared derecha de la Capilla Sixtina, están representados algunos episodios de la vida de Cristo, el nuevo profeta del que Moisés es sólo la imagen. Cristo es, efectivamente, el auténtico mediador de la salvación, el nuevo Moisés, el que libera definitivamente a la humanidad de la esclavitud del pecado y lleva a los elegidos a la plena y total reconciliación con Dios.

Hay una explicación fantástica de Scott Hahn, fundador y presidente del centro San Pablo, sobre cómo los evangelistas presentan deliberadamente a Jesús como un nuevo Moisés.

Cuando hablamos de la Biblia, es importante resumir el enfoque en términos de la línea de San Agustín sobre cómo el Nuevo Testamento está oculto en el antiguo y el Antiguo Testamento es revelado y cumplido por el Nuevo Testamento; hay una palabra para ese patrón de convergencia y el término técnico es tipología.

¿Qué es la tipología?

El Catecismo de la Iglesia Católica explica en los párrafos 128-130, lo que es la tipología; la Iglesia, esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias a la tipología.

La tipología reconoce, en las obras de Dios en la Antigua Alianza, prefiguraciones de lo que Dios realizó en la plenitud de los tiempos en la persona de su Hijo encarnado..

Cristo no es solo el pivote, la bisagra, o el pilar sobre el cual todo gira de lo viejo a lo nuevo, Jesús es el plan A.

Dios tiene este plan desde el principio, pero ¿cómo sucede eso?

Si le preguntamos a alguien en el antiguo Israel, ¿cuál es el evento principal en su historia? Prácticamente todos dirían que es el éxodo; es el momento cuando Dios sacó al pueblo judio de la esclavitud egipcia al monte Sinaí para renovar el pacto y luego, finalmente, a la tierra prometida para convertirlos en una nación, una familia nacional compuesta por estas 12 tribus.

Los cuatro evangelistas saben esto, especialmente, San Mateo porque lo que hace en los primeros capítulos de su evangelio es que presenta a Jesús como el salvador que por fin ha venido a salvar a su pueblo.

Hay que recordar que San Mateo, escribe en una iglesia bastante judía, tanto demográfica como ideológicamente. Hay miembros gentiles, pero se espera que ellos también obedezcan las normas de la Ley, posiblemente incluyendo la circuncisión.

Tan pronto como nació, el Salvador mismo, Jesucristo, necesitaba ser salvado debido a este decreto de un tirano llamado Herodes; ¿Dónde hemos oído esa historia antes?

Si nos remontamos al libro del Éxodo y Dios ya había enviado a un salvador llamado Moisés y cuando era un bebé fue atacado y fue atacado por un tirano llamado faraón.

¿Qué hace Dios? Dios salva al salvador al trabajar a través de un hombre llamado José, su Papá, que lleva a la sagrada familia hasta Egipto de todos los lugares se remonta al Antiguo Testamento y, efectivamente, ¿qué hizo Dios para hacer provisiones para su pueblo? trabajó para un hombre llamado José, el hijo de Jacob, al igual que San José, se le describe como justo, le ha dado sueños, por lo que lleva a la sagrada familia de Israel a Egipto.

De todos los lugares, los paralelos son bastante notables, pero el faraón apuntó a todos los niños varones hebreos en el éxodo al igual que Herodes, apuntó a todos los niños varones hebreos en Belén, ¿Coincidencia?, NO.

La huida a Egipto es un movimiento familiar en cierto sentido para estos lectores cristianos judíos que están leyendo esto y teniendo un momento de conexión, es casi como un nuevo Moisés, excepto que no es casi, Jesús es el nuevo Moisés.

A medida que seguimos leyendo comenzamos a sentir que el patrón va creciendo.

A la hora señalada el tirano muere y cuando se enteran de que Herodes muere la sagrada familia sale de Egipto.

¿Otra similitud? Los judios al salir de Egipto cruzan el mar rojo.

¿Qué hace Jesús? Pasa a través del agua del Jordán y es guiado por el espíritu hacia el desierto.

Volviendo al Antiguo Testamento, despues de que pasan a través de las aguas del mar rojo y luego hacia el desierto, ¿Qué hace Moisé?s Ayuna durante 40 días y 40 noches, durante el cual Israel se sometió a tentaciones, estas pruebas son premonición de las tentaciones de Jesús cuando estuvo 40 días en ayuno y tentaciones, ¿la diferencia? Jesús pasó las pruebas que le sobrevinieron, las mismas pruebas que Israel había fallado y, ¿Cómo pasa Jesús las pruebas? Citando las escrituras.

¿Qué escrituras cita Jesús ante las tres tentaciones? El Deuteronomio capítulo 6 al 8 precisamente donde Moisés había corregido a esos israelitas insensatos por haber fallado la prueba.

• El hombre no vive sólo de pan ni siquiera si es el pan milagroso llamado maná, se vive de cada palabra que sale de la boca de Dios.
• Jesús también cita la idea de que adoran al Señor y solo a Él no al becerro de oro que hicieron mientras Moises estaba fuera, y
• Finalmente Jesús dice que no pongas a prueba al Señor tu Dios, especialmente si él te está poniendo a ti a prueba.

Así que Jesús parecía saber exactamente a dónde ir y qué citar.

Fueron los primeros padres de la iglesia quienes nos muestran que estaban rastreando a nuestro Señor en el Nuevo Testamento precisamente a la luz del Antiguo porque los evangelistas quieren que veamos en Jesús a un nuevo Moisés.

Después de los 40 días Moisés recibe la ley y la trae al pueblo de Dios, ¿Cómo le llamamos? Lo llamamos los diez mandamientos y la ley del monte Sinaí.

¿Qué hace Jesús tan pronto como terminan los 40 días de ayuno?

Jesús da lo que llamamos el sermón de la montaña; la lengua viene de San Agustín; ve un nuevo monte porque hay un nuevo Moisés; Agustín considera una nueva ley porque hay un nuevo pacto, pero Jesús comienza el sermón de la montaña diciendo que no he venido a abolir la ley y los profetas, sino que he venido a cumplirlos.

Así como Moisés dio la ley a las 12 tribus de Israel, Jesús dio una nueva ley, como el nuevo Moisés, a todo el pueblo allí en la montaña.

¿Qué más hace Jesús, como Moisés?

Moisés se dio cuenta de que incluso con la ley de Dios todavía necesitaría ayuda y entonces de las 12 tribus eligió a 12 príncipes para que lo ayudaran a gobernar a Israel ¿Qué hace Jesús tan pronto como termina el sermón del monte? Selecciona de los miles que lo están siguiendo 12 discípulos, ¿Coincidencia? NO, el texto dice que le ayudarán a juzgar a las 12 tribus de Israel, por lo que esto es deliberado, es muy intencional y también es muy significativo, pero con la ayuda de los 12 príncipes en la ley de Dios, Moisés todavía le resultó difícil por lo que en otra ocasión escogió a los 70 ancianos y los ungió para que lo ayudaran a él y a los doce príncipes en el gobierno del pueblo de Dios, el pueblo de Israel.

Así mismo Jesús mira hacia afuera y ve que la multitud crece y dice para los doce, la cosecha es abundante, pero los trabajadores son muy pocos, por lo que en esa ocasión, qué hizo él, eligió a los setenta discípulos adicionales.

Solo podemos encontrar estas riquezas que están allí a nuestra vista, cuando leemos el Antiguo y el Nuevo Testamento, no en tensión sino en armonía y cuando miramos más de cerca comenzamos a sentir que incluso con la ayuda de los 12 y los 70 Moisés todavía encontró que era una tarea tediosa así que ¿qué hizo en esta ocasión?

Decidió pasar todo el día solo en oración en la presencia de Dios, eso es algo inteligente para todos nosotros.

Cuando Moisés regresó de su tiempo de oración su rostro brilla con la gloria de Dios por haber pasado ese tiempo en íntima conversación y diálogo con el Señor, esto nos recuerda lo que sucedió en el monte de la Transfiguración donde nuestro Señor escogió a Pedro, Santiago y Juan y lo acompañaron hasta la cima del monte y de qué son testigos de esta espectacular transfiguración, donde se aparecen: Moisés y Elías. Ellos son la ley y los profetas.

Moisés dio la ley Elías fue el más grande de los profetas y también resultaron ser los únicos dos hombres que ayunaron durante 40 días y vivieron para contarlo.

En Lucas leemos que lo que discutieron fue la partida de Jesús, que muy pronto tendrá lugar en Jerusalén, excepto que cuando miras de cerca, descubres que la palabra que Jesús usó para referirse a su partida es la palabra griega: éxodo. ¿qué quieres decir con tu éxodo?

Estás con Moisés, quien es el mismísimo Señor Éxodo a menos que Jesús sea el nuevo Moisés, y estemos frente a un nuevo Éxodo y si se hubieran molestado en comparar notas, creo que Moisés detectó ese patrón.

Moisés podría haber señalado que antes de que ocurriera el éxodo, tuve que realizar señales, diez de ellas, las 10 plagas.

La primera plaga fue convertir el agua del Nilo en sangre; Jesús pudo señalar la primera señal que realizó y fue convertir el agua en vino, el mejor vino en las bodas de Caná en Galilea.

Moisés pudo decir yo convertí en sangre, Jesús diría mantén tus ojos en ese vino… Todavía no he terminado, cuando termine será la sangre del nuevo pacto.

Moisés pudo señalar el hecho de que alimentó a las multitudes en el desierto con el maná milagroso y Jesús pudo decir que sí, y yo tomé cinco panes y dos pescados y alimenté a los cinco mil y llenamos doce canastas de sobras.

Dios nos quiere mostrar la unidad de lo viejo y lo nuevo y cómo lo nuevo se oculta en lo antiguo y lo antiguo se revela y se cumple en lo nuevo.

La Pascua en el libro del éxodo del Antiguo Testamento prepara el escenario para la nueva Pascua que trae consigo el nuevo éxodo, así como el nuevo pacto. El cumplimiento del Antiguo Testamento por Cristo al darnos lo que Él llama el nuevo pacto: la santa eucaristía.

Cuando aprendemos a ver a Dios en sus palabras esto se vuelve significativo, se vuelve vivo.