Obediencia, Vocación y Sacramentos – XIII Domingo del tiempo ordinario

I. Experiencia de Vida

Contaré 3 experiencias personales para ejemplificar nuestra catequesis del día de hoy.

Obediencia. Mi Papá me enseñó de muy chico un concepto sencillo, más muy poderoso: “El que obedece nunca se equivoca”, ¿por qué? Porque si se hiciera algo malo, sería basado en la persona que dio la orden, no en quien la ejecutó. Lo trascendental de este concepto es una pregunta intrínseca: ¿A quién obedezco? Si mi obediencia es a mi soberbia, al dinero, la sensualidad, a mi ego, a mis envidias o mi flojera, ¿Cuál puede ser el resultado de mi vida? ¿Cómo elijo a quien obedecer? a quien seguir? ¿Quién es mi guía?

Vocación. Recuerdo al estar en los últimos años de la Preparatoria, que llevábamos una clase que se llamaba Orientación Vocacional, la verdad es que fue muy buena, muchos tests, muchas guías, mucho entendimiento de las carreras profesionales, de las universidades, pero ¿qué creen? Eso no es la vocación, eso es la elección de una carrera.

Vocación es una acción y un efecto, ambos llamados por alguien externo.

Sacramento. La mejor forma de conectar un sacramento es con el ciclo de la vida: nacer, crecer, reproducirse y morir. En mi vida he podido vivir de cerca los 7 sacramentos, como las metamorfosis de la mariposa, procesos en los que uno no deja de ser en esencia el mismo, más llega a una mayor plenitud.

La palabra sacramento proviene del latín sacramentum, conformado por las expresiones sacrare, que significa ‘hacer santo’, y el sufijo mentum, que quiere decir ‘medio para’.

II. Mensaje

¿Qué es la Obediencia?

Según el CIC 144, Obedecer (ob-audire) en la fe es someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma.

La obediencia impone, implícitamente, la obligación de dar a la autoridad los honores que le son debidos, y de rodear de respeto y, según su mérito, de gratitud y de benevolencia a las personas que la ejercen.

Ante toda obediencia debe existir una autoridad.

¿Qué es la vocación?

Según el CIC 1877, la vocación Cristiana tiene 2 componentes:

  1. La manifestación de la imagen de Dios (Imago Dei), y 
  2. El proceso de transformación en la imagen de Jesús.

La vocación es absolutamente personal, ya que cada uno de nosotros está llamado a ser Santo de manera única; además de que esa Santidad debe estar conectada con todo el género humano (Yo  no puedo  salvarme  solo,  en taxi. Puesto que  tú  lo  quieres,  me  salvaré  «en metro».).

¿Qué son los Sacramentos?

  1. Signos,
  2. Sensibles,
  3. Eficaces,
  4. Instituidos por Cristo,
  5. Que nos dan la Gracia.

Nos explica Santo Tomás en la Summa theologiae :

Por eso el sacramento es: 

  1. Un signo que rememora lo que sucedió, es decir, la pasión de Cristo; 
  2. Un signo que demuestra lo que se realiza en nosotros en virtud de la pasión de Cristo, es decir, la gracia; y 
  3. Un signo que anticipa, es decir, que preanuncia la gloria venidera.

En lenguaje actual, los sacramentos son como los multiversos. 

Hoy somos tan buenos en la especialización, abstrayendo una dimensión de una realidad concreta de otras y lidiando con ella separandola, por ejemplo, la dimensión emocional, en psicología, o la dimensión química, en química, o la dimensión política, en política.

Los cristianos debemos tener una visión de la vida como un todo único y concreto. 

Debemos ver los sacramentos en todo momento y en todo lugar, no solo en una dimensión especial, o en momentos especiales, como los domingos, porque Dios está en todo.

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

La primera lectura está tomada del primer libro de los Reyes y nos narra la historia de la llamada de Eliseo. En esta lectura vemos los 3 aspectos de nuestra catequesis

  1. Obediencia. Eliseo recibió de Elías su manto.Con ese solo acto Eliseo recibió una orden y la obedeció, sin cuestionar, ni objetar ¿Por qué? Por la autoridad de Elías ¿Quien tiene autoridad en tu vida para cambiarla?
  2. Vocación. Hay 2 historias vocacionales en este texto
    1. Elías. No solo él obedece el mandato de ungir a Eliseo, acepta que Eliseo lo reemplazará como profeta. La vocación involucra un llamado, los llamados son externos, en este caso de Dios, y Dios puede cambiar su llamado en cualquier momento, y nosotros debemos obedecer.
    2. Eliseo. Eliseo no solo deja su trabajo, si no que “sacrifica” todos los elementos de su trabajo y los da a la gente, Eliseo entendió que su vocación, su llamado, era ser para los demás, ya no era ser para sí mismo. 
  3. Sacramento.El manto de Elías que Elías arrojó sobre el cuerpo de Eliseo era la nueva identidad de Eliseo, y los bueyes y el arado eran su antigua identidad, que no solo era destruir de palabra sino también de hecho.Un sacramento simboliza y a la vez tiene efecto en lo que simboliza. Es más que un simple símbolo; es un sacramento, un símbolo que realmente hace algo, cambia algo. Realmente logra lo que significa.

El Salmo de este domingo es el Salmo 15 (16) nos vuelve a mostrar los 3 elementos:

  1. Obediencia
    1. Mi vida está en sus manos.
    2. Tengo siempre presente al Señor.
    3. Enséñame el camino de la vida.
  2. Vocación.
    1. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia.
    2. El Señor me aconseja.
  3. Sacramento
    1. Me alegran el corazón y el alma.
    2. Alegría perpetua junto a ti.

La segunda lectura está tomada de la carta de San Pablo a los Gálatas, y el propio San Pablo inicia hablándonos de una libertad, Cristo nos liberó del pecado, no de la obediencia, ni de la fidelidad, ni de la virtud, ni de la santidad, ni del amor.

La libertad se obtiene mediante la obediencia, y dicha obediencia nos lleva a nuestra vocación: la libertad. Pero ¿Qué es la libertad? Como dice el CIC 1731:La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de actuar por sí mismo acciones deliberadas. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios.

La vida sacramental nos lleva a vivir de acuerdo con las exigencias del Espíritu, es decir no de acuerdo a nuestros impulsos, deseos, egos, sino de acuerdo al plan de Dios, y si vivimos de acuerdo a la guía del Espíritu ya no vivimos sujetos a la ley, sino bajo la obediencia del plan divino.

Finalmente, el evangelio está tomado del texto de San Lucas.Jesús nos da una muestra de la libertad y obediencia de la que nos hablaba San Pablo en la segunda lectura: Tomó la firme determinación de hacer la voluntad de su Padre, dicha obediencia es Sacramental, ya que no solo es obedecer una orden, es hacer que su vida sea una constante obediencia, y en dicha obediencia Cristo encuentra su vocación, y nos da la pista para encontrar nuestra vocación: obedecer los planes de Dios.

Estamos llamados a hacer 2 cosas: confiar y obedecer. Hacer lo contrario de lo que hicieron Adán y Eva.
Como la historia de Santa Catalina, cuando escuchó de Dios mismo, el sermón más corto, pero uno de los más importantes: «Yo soy Dios, tu no»

IV. Oración

Señor, ayúdame a vivir en obediencia a tus caminos

“Señor, Tu Palabra dice que hay mucha paz para los que aman tu ley y que no habrá para ellos tropiezo (Salmo 119:125).

Amo tu ley porque es buena y está ahí para mi beneficio. Permíteme vivir en obediencia a cada parte de ella de modo que yo no tropiece y caiga.

Ayúdame a obedecerte para que pueda habitar en confianza y paz sabiendo que vivo en tu camino.

Mi corazón quiere obedecerte en todas las cosas, Señor, muéstrame dónde no lo estoy haciendo y ayúdame a dar pasos de obediencia, abriendo mis ojos para que vea Tu voluntad.

Revélame cuándo no hago las cosas que debería estar haciendo y muéstrame si estoy haciendo cosas que no debo.

Ayúdame a escucharte con claridad a través de Tu Palabra.

Quiero estar siempre en Tus caminos y vivir a plenitud todo aquello que has preparado para mí.”

En nombre de Jesús, obediente siempre al Padre, en la unidad del Espíritu Santo.

Amén.

V. Compromiso

Reflexión: 

  • ¿Vivo en obediencia a Dios?
  • ¿Vivo en plenitud mi vocación?
  • ¿Vivo en plenitud mis Sacramentos?

Acción: 

  • Crear espacio para escuchar la voluntad de Dios, y obedecerlo.

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

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