Llamados a proclamar el orden divino – VI Domingo de Pascua

I. Experiencia de Vida

Jordan Peterson, tiene un libro excepcional: 12 reglas para vivir, un antídoto al caos.

Tiene muchas reflexiones, pero me ha quedado muy grabada una en particular: 200 manzanas perfectas no transforman a una podrida en una manzana sana, por el contrario, una sola manzana podrida puede pudrir a las otras 200 sanas y buenas.

¿De donde puede surgir algo firme, ordenado, bueno y trascendente? No puede surgir de nuestra propia humanidad, nosotros somos blandos, desordenados, maliciosos y finitos. Debemos de buscarlo en alguien que sea constantemente bueno, estable, ordenado… eso no lo vamos a encontrar dentro del universo, eso solo está en Dios.

Hoy el mundo ve dicho orden como intransigencia, más el color blanco no es intransigente por decir que es blanco, ayer, hoy y siempre o un mango, no es intransigente por decir que será un mango, aquí y en China.

La Misión de la Iglesia ha sido y será siempre mantenerse en esa “intransigencia divina”, en mantener el orden divino, el de buscar esa armonía divina, esa que vemos en Génesis en el paraíso terrenal, y que también vemos en Apocalipsis en la Jerusalén celestial. 

II. Mensaje

Nuestra religión, no es una religión de cobardes, de gente pusilánime que se esconde, nuestra religión, nuestro Dios y nuestra madre, la Iglesia, nos invitan constantemente a salir a proclamar a todos los rincones de la tierra el misterio del Señor Resucitado.

En la Misa tenemos 2 momentos, 2 columnas vertebrales de la celebración, la Liturgia de la Palabra y de la Eucaristía, pero observemos que la Misa no termina con un simple, esto ya se acabo váyanse a descansar, no, la misa termina con una misión: Ite Missa Est

Es la forma con la que se despedía la misa en el rito previo al del Concilio Vaticano II

¿Qué significa Ite Missa Est?

Ite: significa «Idos» o «Váyanse».

Missa est: significa «ha sido enviado».

Estamos siendo enviados ¿A qué? A proclamar lo que nos dirá el Salmo: Que te alaben, Señor, todos los pueblos.

Las lecturas de hoy anuncian novedades. Cristo estableció un Nuevo Pacto, abrió nuevas relaciones y anunció la venida de la Nueva Jerusalén. Además, hizo a sus seguidores el nuevo Templo. De hecho, se nos ha dado el don del Espíritu, haciéndonos la morada de Dios. ¡La Iglesia espera la celebración litúrgica de este don en Pentecostés!

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

La primera lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles, nos habla del primer Concilio, el de Jerusalén. 

La Iglesia siempre ha tenido “altercados y violentas discusiones”, eso es porque siempre tendrá el componente humano, la diferencia que una organización 100% humana, es que la Iglesia tiene al Espíritu Santo y sigue el orden divino, y aquí tenemos una maravillosa fórmula, ante un problema acércate a los apóstoles (obispos) y presbíteros (sacerdotes), porque ellos te dirán: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido

¿Tomo mis decisiones junto al Espíritu Santo? o ¿Es mi orden y mis deseos, mi “desorden” el que toma las decisiones? ¿Qué ordena tus decisiones? 

El Salmo de este domingo es el Salmo 66 (67), nos pone la misión del orden correcto en una sola frase, en un mandato: Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora ¿A quien le toca esa misión? ¿A los padrecitos? ¿A las monjitas? ¿Al Papa y los Obispos? Si, pero también a ti y a mi.

Si quiero el orden de Dios en mi vida también debo de anunciar constantemente su bondad y su poder salvador. Dicha acción cumple 2 funciones:

  1. Ser la providencia de Dios en la vida de los demás.
  2. Predicar la bondad y la salvación para los demás, confirma mi fe y me obtiene la salvación.

En la segunda lectura, que sigue siendo tomada del Apocalipsis, de hecho seguimos en el mismo capítulo 21 de la semana pasada.

Lo que nos narra Juan es una NUEVA ciudad que tiene el orden divino, tiene como centro la alabanza correcta del Cordero inmolado.

Santo Tomás de Aquino dijo que la belleza se da en la intersección de:

  • “integritas” (integridad),
  • “consonantia” (armonía), y
  • “claritas” (brillo).

Integritas, se trata de una cosa. He aquí una ciudad que no está en desacuerdo con ella misma, no está cada uno moviéndose en dirección diferente, sino que se han reunido en un propósito común.

Consonantia, eso significa armonía. Trabajando juntos en nuestras diferencias, con un mismo propósito

Claritas. La reunión, la unión, la comunión nos hace radiantes. Nos volvemos espléndidos con el esplendor mismo de Dios.

San Juan no solo nos está narrando algo extraordinario, no está llamando a una misión: Predicar el orden divino de las cosas, predicar esa Jerusalén celestial.

¿Por qué Jesús, el Cordero es la lumbrera de Dios Padre?, empecemos por preguntarnos ¿Qué es una lumbrera? Es la apertura que desde el techo de una habitación o desde la bóveda de una galería comunica con el exterior y proporciona luz y / o ventilación.

La única forma de llegar a la luz de Dios Padre, es mediante la lumbrera de Dios Hijo.

¿Quieres la luz de Dios? Debes pasar por la lumbrera de Dios Hijo.

El Evangelio de este domingo está tomado del Evangelio según San Juan, y el texto abre con la frase más importante de este domingo y probablemente de la vida de Cristiano: “El que me ama, cumplirá mi palabra” Para aquellos que creen que el Cristianismo tiene como fin ser bueno, aqui esta un buen texto para informar y confirmar que la bondad es solo una consecuencia de hacer la voluntad de Dios, no estamos hablando del Deísmo Terapéutico Moralista, estamos hablando de ser Cristianos, ser de Cristo, involucra obedecerlo, seguirlo y amarlo, y como consecuencia se cumplira la oración colecta: “se manifestará siempre en nuestras obras

Mi Papá, cuando era yo un adolecente, me decía, “Él que obedece, nunca se equivoca”, hoy la palabra de Dios no se queda solo en si hay error o no hay error, si hay equivocación o no la hay, si no que lo lleva a otro plano, lo lleva al plano de la paz: “No pierdan la paz ni se acobarden” ¿Eso que involucra?

  1. Busca la voluntad de Dios
  2. Haz la voluntad de Dios
  3. No va a ser fácil, más no pierdas la paz, ni te acobardes
  4. Los planes de Dios son perfectos y aunque no los entendamos, siempre llevan a la salvación.

IV. Oración

Señor, ayúdame a no ser sabio en mi propia opinión. Desde hoy y para siempre dirige mis palabras, pensamientos y acciones. Muéstrame tus caminos, guíame en tu verdad. No permitas que las palabras hirientes o los malos pensamientos nublen mi juicio.

Ayúdame a ser justo y a tomar buenas decisiones. Abreme las puertas correctas y cierra aquellas que me alejan de tu propósito. Dame tu dirección, en Ti confío. 

Eres mi Dios y Salvador.

Amén.

V. Compromiso

Reflexión: 

  • ¿Quién pone el orden en tu vida?
  • ¿Qué ordena tus decisiones? 
  • ¿Tus decisiones están influenciadas por el Espíritu Santo?
  • ¿Veo en la predicación de la bondad y misericordia de Dios el camino de la salvación?

Acción: 

  • Ordenar mi vida en un sentido de constante obediencia a Dios.

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

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