Donde hay pecado, hay desunión… donde hay virtud, allí hay unión. La búsqueda de un solo corazón y una sola alma – XV Domingo del tiempo Ordinario

I. Experiencia de Vida

Como les comenté, tuve mudanza la semana pasada, uno de los días de la mudanza mis Papás me ayudaron a pintar, mi Papá traía puesta una playera que yo compré en 1998 en Berlín, en el Checkpoint Charlie.

Para los que tuvieron o puedan tener la oportunidad de visitar Berlín, este es un lugar icónico. Recuerdo haber salido del museo hace 23 años con lágrimas en los ojos; Checkpoint Charlie es uno de los símbolos de la Guerra Fría, representando la separación de Oriente y Occidente. Los tanques soviéticos y estadounidenses se enfrentaron brevemente en el lugar durante la crisis de Berlín de 1961.

Anuncio del Checkpoint Charlie

En el contexto de la caída del muro de Berlín, surgió una de mis canciones favoritas: One de U2. Para grabar este disco, U2 se movió a Berlín buscando inspiración en la reunificación alemana, U2 comenzó a grabar Achtung Baby en octubre de 1990. Las sesiones estuvieron plagadas de conflictos, ya que la banda discutió sobre su dirección musical y la calidad de su material. Después de que la tensión y el lento progreso casi llevaron al grupo a disolverse, hicieron un gran avance con la escritura improvisada de la canción «One». La moral y la productividad mejoraron durante las siguientes sesiones de grabación en Dublín, donde se completó el álbum en 1991. Para confundir las expectativas del público sobre la banda y su música, U2 eligió el divertido título del disco y la colorida portada de múltiples imágenes.

Portada del disco

Creo firmemente que U2 tiene una inspiración Cristiana en muchas de sus canciones, y esta no es la excepción.

Así como vimos hace algunas semanas la gran fiesta de la Santísima Trinidad, donde Dios es Uno y Trino, a eso estamos llamados los Cristianos, a estar unidos, reconociendo nuestras diferencias; sin perdernos de que quien nos une, no es nuestra voluntad, sino la voluntad de Cristo. 

II. Mensaje

Una de las pinturas que más me impresiona siempre es verla del anticristo que está en la Catedral de Orvieto y en particular me hace reflexionar, porque si uno NO presta mucha atención ve simplemente a un Cristo predicando, sin embargo el que está predicando es el diablo, el demonio le está hablando al oído a este supuesto Cristo y está predicando a una población importante pero si uno ve el cuadro completo lo que encuentres desunión lo que encuentra es división.

Si uno lee la etimología de la palabra diablo viene de la palabra griega diablo y básicamente significa: el que divide. Es decir la misión del demonio, la misión del diablo siempre será dividir, y si uno ve los elementos, por ejemplo, del pecado original es que mientras que Adán y Eva estaban unidos con Dios en el paraíso terrenal, justo después del pecado original ¿Qué vemos? la división, se da un desmembramiento en tres sentidos:

  1. Una división entre Dios y el hombre,
  2. Una ruptura entre el hombre y la mujer,
  3. Una división del hombre consigo mismo

El pecado me termina dividiendo de Dios, de mi comunidad, y de mí mismo. 

Por eso cuando encontramos la gracia, como dice Orígenes: “Donde hay pecados, allí hay desunión, cismas, herejías, discusiones. Pero donde hay virtud, allí hay unión, de donde resultaba que todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma.” 

El ser humano tiene tatuado en su corazón la búsqueda de la gracia, y la gracia siempre viene en la unidad.

Esto lo vemos claro en la predicación de Jesucristo, Él siempre pide que estén juntos, un ejemplo claro es la multiplicación de los panes, los discípulos le piden a Cristo mandar a todos a su casa y Cristo, dice: no. Al contrario, “No tienen que irse. Denles ustedes de comer.” ¿Qué significa esto? Cristo siempre busca la unidad, nunca dice separen o dividan, esas palabras solo salen de la boca de Jesús para hablar del Juicio Final.  

A nosotros como Cristianos nos da eso una misión: debemos buscar la unidad.

Ahora dicha unidad no es a costa de ceder en nuestros principios fundamentales del Cristianismo, en los principios fundamentales del Catolicismo, aunque los católicos tenemos claro el concepto del ecumenismo y el permitirnos estar en unidad con otras creencias, no perdemos lo fundamental, yo puedo convivir con personas que piensan distinto que yo, que tienen diferentes creencias que yo, y puedo buscar los puntos de unidad, por supuesto, pero eso no significa que voy a dejar de lado mis principios. 

El catecismo de la Iglesia Católica en esto está súper claro, en sus puntos 821 y 822.

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

En la primera lectura del libro del profeta Jeremías capítulo 23, la lectura utiliza dos verbos contra la unidad y una omisión para la unidad:

  1. Rechazado,
  2. Dispersado, y 
  3. No cuidar. 

Esto nos dice algo de como debemos actuar los Cristianos, como Cristo, tenemos la misión de unirnos, y de cuidarnos, al final del día ya sea en nuestra casa, con nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad, nuestra colonia.

Ahora esa unidad no es banal o simplista, esta unidad no es simplemente estamos todos felices, juntémonos y un poco hagamos un movimiento hippie donde todos nos juntamos y todos estamos felices, no. 

Si leemos la lectura con detenimiento en el segundo párrafo se nos dice muy claramente, que este rey justo, que Dios nos va a dar, es un rey que hará que se observe:

  1. La ley, 
  2. La justicia 

Al final del día esa unidad tiene su fundamento en la ley de Dios, en la justicia de Dios; como dice la oración colecta tendríamos que tener esa unidad en tres cosas: 

  1. Unidad en Fe,
  2. Unidad en Esperanza, y 
  3. unidad en Caridad 

Si logramos encontrar eso en nuestra familia, comunidad, trabajo, pareja eso es lo que tiene que unirnos:

  1. ¿En qué creemos? 
  2. ¿En qué esperamos? 
  3. ¿En que nos entregamos?

El salmo de este domingo, que es mi favorito, es el Salmo 22 o 23  nos habla justamente de quién es el Señor; el Señor es mi pastor, es decir el que genera la unidad del rebaño no soy yo. 

La unidad no está dada en mis términos, Él es el pastor, Él es el que dirige. Si leyéramos esto únicamente desde una perspectiva lingüística diríamos que el agente activo es: El Señor, El Pastor. Él es el que me cuida, Él es el que me sirve, Él es el que me lleva a pastos verdes. 

Luego entonces, yo soy el actor pasivo, es decir yo no soy el centro, yo no soy el que une, sino que el que une, el que actúa, es Él. ¿Yo puedo ser un agente de unidad? Por supuesto. El ser humano de naturaleza buscará la unidad para su propio beneficio, buscando su propia utilidad y en este caso no es así, lo que debemos buscar es la unidad en los términos de Dios, en los términos de su Ley y de su Justicia, recordando la frase de Santo Tomás de Aquino sobre el amor: Desear el bien del otro como el otro

San Pablo en la segunda lectura hace estas bellísimas alegorías que vemos en todas sus cartas, estas comparativas, de un antes y un después, en este caso, de un cerca y un lejos.

La lectura dice con mucha claridad: ustedes, que antes estaban lejos, están cerca y lo aclaras no estamos lejos y cerca en virtud de nuestras propias capacidades estamos lejos o cerca en virtud de entrar en el plan divino, tenemos esta unidad por la sangre de Cristo.

Lo que nos puede dar la unidad final es la sangre de Cristo, por eso la importancia de la Eucaristía; la Eucaristía es la forma perfecto de unirnos, por eso le llamamos comunión, por medio de ella, ya no somos nosotros, sino qué nos convertimos en otro Cristo.

San Pablo nos habla tambien de los frutos de dicha unidad, Él es nuestra paz, es decir el centro de la unidad es Él y no los da la paz y entonces empieza San Pablo a comparar el hizo que los judíos y los no judíos fueran un solo pueblo como logra Cristo esto a través de su entrega. 

La unidad no está basada en mis términos, está basada en el sacrificio de Cristo.

Finalmente el Evangelio de este domingo, seguimos leyendo el evangelio de San Marcos y continuamos con lo que vimos la semana pasada, fueron los discípulos de dos en dos a predicar y curar por diferentes lugares, y Jesús quiere que vuelvan a platicar y convivir con Él, por eso dice el texto bíblico: “volvieron a reunirse” para Jesús esta reunión es un tema importante, es como como la reuniones familiares de fin de semana, para mí el ver a mi familia, ya sea mi familia de sangre o mi familia política, me encanta, me recarga, me rellena, vuelvo a recibir energía, vuelvo a sentirme amado, vuelvo a sentirme parte de un grupo, de una familia. 

En este caso Jesús quiere hacer lo mismo con sus discípulos y por lo tanto quiere reunirlos, Reunir, involucra volver a unir.

Aun con la importancia y la belleza de la reunión, Jesús suspende esa reunión, porque ve otra prioridad el unirse con los menos cercanos, con los que están un poco más alejados de Él, busca unir también a los más lejanos, justo lo que nos decía San Pablo en la segunda lectura, no solamente viene Jesús a unir a los amigos, Jesús también viene a unir a los lejanos, podría ser muy fácil buscar unir a mi primo, a mi amigo, Cristo nos pone de ejemplo que también me debo unir con los que no son tan cercanos, tal vez me están pidiendo que me una con mi suegra, que me una con mi jefe, 

¿Cómo buscar esa unidad?

IV. Oración

Señor Jesús,

cuando estabas a punto de dar tu vida por nosotros,

rezaste al Padre: “No ruego sólo por éstos,

sino también por todos aquellos que creerán en mí por su palabra.

Que todos sean uno, como tú, Padre,

estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros…”

Hoy, cuando nos enfrentamos una vez más con la división

y el conflicto causados por el pecado,

unimos nuestras voces a tu voz y rezamos:

Que todos seamos uno—

todas las naciones y razas,

jóvenes y mayores, cercanos y lejanos.

Que todos podamos sentirnos como uno— amados,

no temidos. A salvo, no inseguros.

Valorados, no despreciados. Elevados, no derrotados.

Que todos trabajemos como uno—no para derribar, sino para construir.

No sólo para detener la violencia, sino también para promover la paz.

No sólo para restablecer el orden, sino también para garantizar la justicia.

No para favorecer a unos pocos, sino para defender la dignidad y los derechos de todos.

Que todos seamos uno.

Que todos nos reconozcamos como una familia, como hijos e hijas de Dios.

Que estemos unidos aquí en esta tierra, y que nuestros lazos de caridad y amor nos lleven a la vida eterna.

Amén. 

V. Compromiso

Reflexión: 

  • ¿Con quién estás dividido?
  • ¿Cómo puedes acabar con esa división?
  • ¿A quien te pide Dios hoy que unas?

Acción: 

  • Buscar a una persona que está alejada, separada y buscar puntos de unión.
  • Hablar con las personas alejadas de Dios, de como Él quiere que todos estemos unidos.

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

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