¿Cómo cumplimos los laicos la misión profética? Evangelizando – XV Domingo del tiempo Ordinario

I. Experiencia de Vida

Durante esta semana hice junto con mi esposa, mis Papas y la Señora que nos ayuda en casa, la mudanza de casa.

El proceso de cambiarse de casa siempre es complicado, entre guardar cosas, moverlas y después volver a acomodarlas, uno puede terminar agotado, física y mentalmente.

Debo de reconocer que en varios momentos de la mudanza, el cuerpo me dijo: “Ya no puedo”, en particular ayer, estábamos pintando mi Papá y yo, y alrededor de las 7:30 PM, le dije: “Ya no puedo”, Él con mucho cariño, pero también con voz fuerte, me dijo: “Ya falta poco, hay que acabar lo que empezamos”, cuando reflexione y analice el texto de la liturgia de este XV Domingo del tiempo Ordinario, me pareció leer la voz de mi Papá que me impulsaba a ir más allá de mis límites, más lejos de los límites impuestos, y más cerca del plan de Dios.

Ningún crecimiento, ni físico, ni mental, ni social, ni espiritual se puede dar si nos quedamos en el mismo espacio, en el mismo entorno, en la misma postura, cualquiera que busque crecer, debe estar dispuesto a salir del sitio donde se encuentra para lograr algo más grande. 

¿Quien pone los límites a tu Apostolado, trabajo Misionero o Catequético? ¿Dios o Tú?

¿Cuántas veces antes de decir ya no puedo, hemos dicho, que es lo que Tú quieres, Señor?

II. Mensaje

La semana pasada, mencionaba un par de números del Catecismo de la Iglesia Católica (707 y 1303), en esta semana quiero tomar los números 904 al 906 del Catecismo de la Iglesia Católica para profundizar en el mensaje que la liturgia de este domingo nos invita a hacer vida:

904 «Cristo realiza su función profética no sólo a través de la jerarquía sino también por medio de los laicos. Él los hace sus testigos y les da el sentido de la fe y la gracia de la palabra» 

Enseñar a alguien para traerlo a la fe es tarea de todo predicador e incluso de todo creyente” (Santo Tomás de Aquino).

905 Los laicos cumplen también su misión profética evangelizando, con «el anuncio de Cristo comunicado con el testimonio de la vida y de la palabra«. 

906 Los fieles laicos que sean capaces de ello y que se formen para ello también pueden prestar su colaboración en 

  1. La formación catequética, 
  2. La enseñanza de las ciencias sagradas, 
  3. En los medios de comunicación social.

Entendiendo estos 3 números, nos damos cuenta que Cristo, y la Iglesia no nos proponen una Misión profética, nos la exigen.

La propuesta de la Iglesia está planteada para nosotros en 5 opciones

  1. Profetizar con tu testimonio de vida
  2. Profetizar con tu testimonio de la palabra
  3. Profetizar mediante la catequesis
  4. Profetizar mediante la enseñanza de las ciencias sagradas
  5. Profetizar en los medios de comunicación social.

¿Cuál vas a elegir? Tienes 5 opciones, ¿Para cuál te eligió Dios? ¿Cual es la vocación profética que Dios te ha dado?

III. Lectura de la Palabra, Reflexión y Explicación

Como es costumbre ocuparemos un texto del Antiguo Testamento para nuestra primera lectura de este domingo, en esta ocasión está tomada del libro del profeta Amós.

Amós era un pastor, y profetizó alrededor del año 750 a.C., aunque nació en el Reino del Sur, Judá, profetizó en el Reino del Norte, Israel.  

Del texto de este domingo creo que podemos tomar el segundo párrafo. Es la parte donde Amós le contesta al Sacerdote Amasías. Amós reconoce su parte humana, es decir, desde la humildad, se reconoce que no es el típico profeta, que no es hijo de profeta, sino que es alguien más, es un pastor, es un cultivador de higos, más Amós le da su lugar a Dios. 

Amós reconoce desde su humildad, que el Señor lo sacó de ser un simple pastor, y lo mandó “Ve y profetiza a mi pueblo, Israel” 

¿Esto qué involucra? que Amós reconoce que Él no es hijo de Reyes, hijo de profetas, hijo de sacerdotes, no es alguien formado, más Dios lo elige por ser alguien dispuesto a escuchar la palabra del Señor y a actuar en consecuencia.

Llevemos esto al ámbito personal… No importa quién eres, sino tu respuesta ante la invitación de Dios a ir y profetizar. 

¿Quieres que el Señor te deje como un simple pastor y cultivador de higos?, o que te convierta en su profeta? ¿Prefieres quedarte en tu círculo de confort? o aceptar la gran aventura que Dios tiene preparada para ti.

El salmo de este domingo, es el salmo Salmo 84 (85) y me gustaría tomar la tercera estrofa:

Cuando el Señor nos muestre su bondad

nuestra tierra producirá su fruto.

La justicia le abrirá camino al Señor,

e irá siguiendo sus pisadas.

El inicio de esta estrofa me hizo reflexionar: ¿Cuándo es que el Señor no nos mostraría su bondad? La respuesta es sencilla; cuando nosotros no vamos por el camino que el Señor nos ha marcado, cuando no respondemos como Amós con un: sí.

Cuando damos ese SI, nuestra tierra, es decir, nuestro ser, produce fruto, porque nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra alma, nuestras circunstancias, están hechas para dar fruto, más ese fruto solo se da si estamos alineados con el plan de Dios; Si yo quiero tomar mi propio camino y no quiero seguir el camino que Dios me ha marcado, las piezas no funcionan, pareciera que la vida no esta funcionando, es como querer meter una tuerca en dónde va un clavo, como querer meter un cuadrado dónde va un círculo. ¿Quieres ver el fruto de tu vida al máximo? Alinéate al plan de Dios. 

La segunda lectura es ahora de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios, este debió ser un himno que los Efesio recitaban, y que Pablo en este texto, replica.

Quiero enfocarme en la tercera estrofa, los versículos 11 y 12 de este primer capítulo de su carta a los Efesios, con un mensaje muy claro: Estamos destinados a ser una alabanza continua de su gloria. ¿Cómo puedo ser una alabanza continua de la gloria de Dios? Nos lo dice San Pablo en el versículo 10: Tener por cabeza, es decir por centro, a Cristo. ¿El centro de tu vida es Cristo?

Continuamos con el Evangelio de San Marcos, para entender este texto, deberíamos, como en cualquier texto Bíblico, usar la metodología que nos da la Iglesia Católica en sus artículos 115 al 118 del Catecismo, en particular el leer el sentido literal del texto.

Jesús no invita a sus discípulos, Jesús envía, igual que Amós en nuestra primera lectura, es enviado, los discípulos son enviados, y al igual que Amós no importa su pasado o lo que traigan, lo importantes es que actúan en el nombre de Cristo, ahí está nuestra misión, despreocupate de quien eras, o de donde provienes, el Señor hoy te envía con una misión muy clara: Actúa en mi nombre.

IV. Oración

Los quiero invitar a hacer oración este domingo con la muy sencilla pero muy profunda oración de San Ignacio de Loyola:

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. 

Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno. 

Todo es Tuyo: dispone de ello según Tu Voluntad. 

Dame Tu Amor y Gracia, que éstas me bastan.

Amén

V. Compromiso

Reflexión: 

  • ¿Quién pone los límites a tu Apostolado?
  • ¿Quién pone los límites a tu trabajo misionero?
  • ¿Quién pone los límites a tu trabajo Catequético?
  • ¿Quieres ver el fruto de tu vida al máximo?

Acción: 

  • En cada situación de vida, actúa en nombre de Cristo.

Publicado por Juan Carlos Carrillo

Juan Carlos Carrillo es un predicador Católico. Ha trabajado para distintos movimientos religiosos, como el Regnum Christi, Familia Educadora en la Fe, la Arquidiócesis de Tlalnepantla, entre otros. Juan Carlos inicio su formación religiosa en Familia Educadora en la Fe desde los 3 años. A los 13 años se convirtió en animador de grupos juveniles. A los 19 años entro al movimiento Regnum Christi donde se encargo en durante varios años de los Círculos de Estudios, Horas Eucarísticas y Retiros. A los 24 años se convirtió en el Vice-Coordinador Nacional de Universitarios del Movimiento Familia Educadora en la Fe y a los 27 tomo la responsabilidad como Coordinador Nacional de Juveniles del mismo movimiento. Juan Carlos se dedica a dar charlas, conferencias y catecismo a jóvenes y adultos buscando que encuentren el amor de Dios en sus vidas.

Un comentario en “¿Cómo cumplimos los laicos la misión profética? Evangelizando – XV Domingo del tiempo Ordinario

  1. Fue una excelente y reflexiva catequesis para poner los pies sobre la tierra porque hay momentos del “ya no puedo” o quiero tirar la toalla en mi trabajo,en la catequesis donde la coordinadora sólo manda y no tiene nada de humildad o en momentos de mi vida cotidiana.

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